Los pandas rojos (Ailurus fulgens), también llamados pandas menores o xiǎo xióng māo (en chino) son nativos del Sudeste de Asia; habitan específicamente la Cordillera Himalaya, el sur del Tíbet, Bhután, el nordeste de India, Nepal, Laos, Birmania, la provincia de Yunnan y las montañas Hengduan de la provincia de Sichuan en China.
La clasificación taxonómica del panda rojo y del panda gigante ha sido objeto de debate científico durante muchas décadas, ya que tienen características tanto de los osos, como de los mapaches. Sin embargo, estudios de biología molecular han demostrado en el pasado reciente que los pandas rojos pertenecen a una familia (Ailuridae) diferente a la del panda gigante (Ursidae).
Los pandas rojos prefieren las zonas boscosas de montaña entre los 1800 y 4300 metros sobre el nivel del mar (bosques templados de coníferas y rododendro y, por supuesto, bambúes que son su alimento predilecto). Particularmente en la Reserva de Wolong en China comparten el hábitat con el panda gigante, quien es otro especialista en el consumo de bambú.
A menudo pasan el día descansando en las ramas altas de los árboles; son más activos por la mañana y la noche. Por su aspecto carismático y amenazas que enfrentan en su hábitat, muchos zoológicos alrededor del mundo se han dedicado a criarlos en cautividad. De hecho, los ejemplares que presento a continuación en mis fotografías forman parte de la colección animal del Zoológico de Chester, ubicado al norte de Inglaterra.
Pasé 15 días en este parque durante febrero de 2011, en la fase terminal del invierno boreal. Como era de esperarse el frío todavía hacia de las suyas, con ráfagas de viento cargadas de partículas de nieve. Aunque uno de mis objetivos era fotografiar a los pandas rojos (lo que parecía fácil), la práctica resultó ser toda una odisea. Ciertamente, los animales estaban allí en su encierro, pero eso no siempre es garantía para verlos y mucho menos para lograr una foto buena o medianamente decente desde el punto de vista artístico y técnico. A diario visitaba la exhibición de los pandas rojos y siempre estaban escondidos o dormidos en sus madrigueras, de manera tal que no podía ver sus rostros. Cada visita estaba llena de expectativa y terminaba en frustración. Pero la perseverancia casi siempre tiene su recompensa y esta vez quedó demostrado… Finalmente, un día fui a visitarlos muy temprano en la mañana y estaban durmiendo en las ramas de un gran árbol; al cabo de casi una hora, se estiraron y se quedaron viéndome fijamente como queriéndome decir, ¿no querías vernos?, pues toma tus fotos y déjanos durmiendo en paz... Mis manos temblaban, por el frío intenso en el ambiente y por la emoción de estarlos viendo en movimiento. Reconozco que la luz no era la mejor, pero el momento si… Me dispuse a disparar mi cámara tratando de lograr buenos encuadres y de hacerlos parecer como si estuvieran en su hábitat natural.
Son fotos hechas en un zoológico, claro está, pero así mismo creo que tienen su mérito y valor. Por lo menos a mí me hacen soñar con la estampa de los pandas rojos viviendo en libertad, donde deben prosperar… Las imágenes dicen más que las palabras… Haz clic sobre cada foto para verla más grande.
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Felicitaciones Dennis por tu blog, con las magnificas fotografías que tienes ya tenia que venir si o si el blog.
ResponderEliminarExcelente iniciativa y ya tienes un seguidor fijo desde el Perú
un abrazo
Mil gracias amigo, ciertamente era una idea que venía revoloteando desde hacía tiempo y en gran parte se hizo realidad ahora inspirado en tus excelentes Blogs y fotografías... Una abrazo y éxito!
ResponderEliminarHola Denis! Fascinante mi amigo. Te estaré siguiendo. El panda rojo ha sido uno de mis favoritos, y ahora que tengo alguna formación en biología sistemática, es un ejemplo de como el sistema linneano puede estar fallando al empeñarnos en concebir los taxa como cajones rígidos. La idea del debate entre continuidad y discreción de la naturaleza (dualidad onda/partícula de Lois DeBrogley para los físicos) puede estar creando esta disparidad en cuanto la ubicación taxonómica del panda rojo. ¿Se puede encasillar toda la naturaleza en taxa discretos?
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