Se podría pasar una larga vida recorriendo los múltiples caminos de la Sierra Nevada de Mérida y aun así no ser capaz de conocer sus encantos y gran riqueza natural… y es que estas montañas son asombrosas en todos los sentidos. Su amplio rango altitudinal que va desde los más o menos 300 metros hasta casi los 5 mil metros de altitud, sirven de asiento a una gran variedad de paisajes y unidades ecológicas. Su ubicación en plena región tropical le otorga una suerte de exuberancia donde se mezclan frondosas selvas, ambientes semi-áridos y páramos en comunión con varios picos nevados. Este constraste natural ha atraído siempre la atención de muchos naturalistas, científicos y exploradores de varias partes del planeta, entre los cuales vale destacar a los alemanes Anton Goering y Ferdinand Bellerman quienes, a mediados del siglo XIX, encontraron en la Sierra Nevada de Mérida una fuente inagotable de inspiración para desarrollar sus magníficas obras de arte y estudios de la naturaleza tropical.
Desde que resido en la ciudad de Mérida hace ya más de 25 años, la sierra nevada ha sido el escenario natural que acompaña mis inquietudes científicas y artísticas. He recorrido mucho de sus caminos más recónditos buscando rastros de osos y de otros interesantes elementos de su flora y fauna. Ese contacto directo me ha permitido también interactuar con los habitantes humanos más auténticos de la sierra, de quienes he aprendido a remirar el entorno natural con una actitud más humilde y curiosa.
En este tiempo donde el contacto con los espacios naturales se ha vuelto un asunto complejo y un lujo, quiero compartir estas imágenes para reivindicar ese compromiso con valorar y apreciar nuestra herencia natural. Si en algún momento te lo propones, debes visitar las montañas de la Sierra Nevada de Mérida para comprender que la magia existe más allá de lo evidente. Haz clic sobre la imagen que quieras ver más grande.