El flamenco caribeño o togogo (Phoenicopterus ruber ruber) es una de las aves venezolanas más fascinantes. Su elegante forma y llamativo color le ayudan a sobresalir en los brillantes paisajes acuáticos tropicales.
Cuando era niño tuve la oportunidad de leer el cuento clásico del escritor uruguayo Horacio Quiroga (1878-1937) titulado “Las Medias de los Flamencos” y desde entonces mi interés y aprecio por estas criaturas nació para quedarse en mi mente y corazón. He tenido la oportunidad de observarlos en su ambiente natural y en parques zoológicos, de dibujarlos, pintarlos y fotografiarlos. Si bien aun tenemos la fortuna de contar con algunas colonias silvestres de flamencos en Venezuela, también es cierto que han desaparecido en algunos lugares donde antaño era común y que muchas son las amenazas que deben enfrentar en este mundo cambiante. Un ejemplo que apoya este comentario está en el libro “Venezuela, el más bello país del trópico” (1892) escrito por el insigne pintor y naturalista alemán Christian Anton Goering. En esta publicación hay una acuarela alusiva al Lago de Valencia, estado Carabobo, en donde se distingue en primer plano un pequeño grupo de flamencos, además de una vegetación exuberante. Transcurrido poco más de 100 años, esa pintura es un testimonio confiable de la presencia pasada del flamenco en ese lugar.
Cuando era niño tuve la oportunidad de leer el cuento clásico del escritor uruguayo Horacio Quiroga (1878-1937) titulado “Las Medias de los Flamencos” y desde entonces mi interés y aprecio por estas criaturas nació para quedarse en mi mente y corazón. He tenido la oportunidad de observarlos en su ambiente natural y en parques zoológicos, de dibujarlos, pintarlos y fotografiarlos. Si bien aun tenemos la fortuna de contar con algunas colonias silvestres de flamencos en Venezuela, también es cierto que han desaparecido en algunos lugares donde antaño era común y que muchas son las amenazas que deben enfrentar en este mundo cambiante. Un ejemplo que apoya este comentario está en el libro “Venezuela, el más bello país del trópico” (1892) escrito por el insigne pintor y naturalista alemán Christian Anton Goering. En esta publicación hay una acuarela alusiva al Lago de Valencia, estado Carabobo, en donde se distingue en primer plano un pequeño grupo de flamencos, además de una vegetación exuberante. Transcurrido poco más de 100 años, esa pintura es un testimonio confiable de la presencia pasada del flamenco en ese lugar.
A continuación les presento una selección de fotos de flamencos que he tomado para honrar a estas magnificas criaturas. Haz clic sobre cada foto para verla más grande.
Ejemplar juvenil
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