LOS VALLES SECOS DE MÉRIDA: TESORO POR DESCUBRIR

El estado Mérida en Venezuela es tierra de contraste con un denominador común: Diversidad. Sus montañas ubicadas en el corazón de la Sierra Nevada poseen paisajes de incomparable belleza. Por ser un territorio de vocación turística, su promocion siempre ha estado asociada a imágenes de cumbres nevadas, páramos, frailejones, neblina, bosques nublados y campos de cultivos… Pero hay más que eso en Mérida, y curiosamente, existe un ambiente que ha pasado casi desapercibido para el visitante y el propio oriundo. Ese ambiente seco, de tonos cobrizos, sol ardiente, cantos de aves y riachuelos, es el bolsón semiárido de Lagunillas, una sucesión de valles y montañas dominadas por arbustales espinosos con una extraordinaria diversidad de formas de vida.

No puedo negar que la primera vez que mi mirada se enfocó en Mérida, me llamó poderosamente la atención aquel ambiente contrastante en medio de las verdes montañas aledañas. Durante milenios Lagunillas y sus alrededores fueron el hogar predilecto de varios grupos humanos, los cuales aprendieron a convivir en armonía con su entorno, desarrollando una compleja, y aun poco conocida cosmovisión. Pero todo cambió drásticamente con la llegada del conquistador hispano Juan Rodríguez Xuárez en 1558. Surgieron cambios en los patrones culturales y lo que en un principio fue el gran centro de la civilización merideña, pasó a convertirse con el trascurrir del tiempo en un espacio marginalizado y tristemente subestimado y empobrecido. Sin embargo, recurro a un pensamiento del sabio chino Confucio, quien expresó: “Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla”. Aunque para mucha gente los valles secos de Lagunillas son despectivamente "un peladero de chivos", en realidad son un verdadero tesoro biológico por descubrir. Lamentablemente es un ambiente en franco peligro de extinción, con numerosos endemismos en flora y fauna y una extraordinaria riqueza cultural que bien merece ser preservada en aras de enaltecer el orgullo y la identidad regional.

A continuación quiero compartir algunas fotografías que he tomado en los valles secos de Lagunillas como testimonio de su belleza y pequeño registro de lo que muy posiblemente sea solo un recuerdo en el futuro si no se toman las debidas medidas para resguardar la que fue cuna de la civilización indígena merideña. Haz clic sobre cada foto si quieres verla más grande.

Panorámica del Valle de Lagunillas

El basilisco es un impresionante reptil que habita las orillas del río Chama en los valles secos de Lagunillas

Tortolita (Columbina talpacoti)

Cactus (Pilosocereus tillianus), endémico de los Andes Venezolanos cuyo hábitat principal está en los valles secos de Lagunillas

Iguana

Laguna Caparú

Lagartija del arbustal espinoso andino (Cnemidophorus lemniscatus)

Cactus del género Opuntia

Cactus (Pilosocereus tillianus), endémico de los Andes Venezolanos cuyo hábitat principal está en los valles secos de Lagunillas

Paraulata

Inflorescencia de sábila (Aloe vera) 

Sector El Playón frente a Los Araques

Río Chama en el sector Los Araques

Río Chama en el sector Los Araques

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